¿Sabías que durante los dos primeros años de vida pasamos unas 9.500 horas durmiendo y 8.000 despiertos? Dormir es imprescindible para descansar y rendir adecuadamente. La falta de sueño puede afectar al aprendizaje del pequeño.
Cuando un niño duerme menos horas de las que necesita, se está perdiendo una parte del sueño REM. Esta fase del sueño es muy importante para que el pequeño grabe en su memoria lo aprendido en el día y para que su cerebro se recupere y esté más predispuesto a aprender cosas nuevas. Por eso, es esencial que los niños duerman al menos 10 horas cada noche durante los primeros años de vida.
Hasta el año. El recién nacido duerme de 16 a 17 horas: 9 horas por la noche y el resto por el día.
De 1 a 3 años. Cada niño debería dormir entre 10 y 13 horas al día.
Entre los 4 y 5 años. Duerme de 10 a 12 horas por la noche. Ya no necesitan la siesta,