El nuevo curso escolar echa a andar durante estos días y son muchos los niños y niñas que asistirán por primera vez a la guardería. Ello, lógicamente, suscita nervios e inquietud entre los papás y mamás, preocupados por el bienestar de su peque y deseosos de que la adaptación resulte lo más rápida y sencilla posible.
Habitualmente, aparecen dudas sobre cómo afrontar esta nueva etapa. Es lo más normal del mundo, pero, por nuestra experiencia, os aseguramos que todo irá bien y que vuestros hijos superarán el proceso sin ningún problema. Además, para facilitaros las cosas, hoy queremos trasladaros una serie de recomendaciones que os serán de utilidad.
En primer lugar, cabe destacar que el periodo de adaptación a la nueva vida que llevarán comienza en casa. Es importante que en los días previos los progenitores vayan familiarizando a su hij@ con el concepto de la escuela infantil, ya sea a través de juegos, cuentos o diálogos sencillos, según la edad en cada caso, con los que pueda sentirse identificado. Así mismo, conviene mostrarle antes el centro al que acudirán, con el fin de comenzar a habituarse a este espacio y transmitirle que será un lugar divertido, donde podrán jugar con otros niños. La actitud y mensajes positivos en relación con su ‘cole’ desempeñan una función relevante. Y debe mantenerse durante el día a día, una vez iniciada la asistencia regular.
Incorporación gradual
A lo largo de este proceso la colaboración entre padres y educadores y la incorporación gradual juegan un papel esencial. Todos necesitamos un tiempo para adaptarnos a un nuevo entorno y nuevas personas. Y el niño no es una excepción, más aún cuando será la primera vez que permanezca alejado de su papá y máma durante largos periodos del día. El tiempo requerido difiere según cada cual, por lo que los padres deben tener un poco de paciencia y esforzarse por trasladar al menor una imagen de calma y confianza. Lo fundamental es que los pequeños sientan la implicación de papá y mamá en esta nueva etapa.
Hay ocasiones en las que los progenitores optan por evitar la despedida para, teóricamente, ahorrar sufrimiento a su hijo o hija, o porque ver su llanto les resulta demasiado duro. Los especialistas, sin embargo, no recomiendan obrar de este modo. Consideran esencial decir adiós al pequeño, eso sí, sin alargar en exceso ese momento, e insistir en que más tarde regresarán a recogerlo. De esta manera, no tendrán sensación de abandono y durante los siguientes días irán asimilando como algo natural la ausencia de sus padres, pero sabiendo que al final de la jornada pasarán a buscarlos nuevamente.
Para ayudarles a ganar seguridad, viene bien que el niño lleve a la ‘guarde’ uno de sus juguetes u objetos con los que se sienta más a gusto, como, por ejemplo, un peluche, o cualquier otra cosa que le conecte con su hogar. Además, durante las primeras jornadas la mamá o el papá pueden acompañar a su bebé hasta el aula y permanecer en ella un ratito, charlando con la educadora, de forma que el peque vea que se encuentra en un lugar seguro y familiar. Así irá mitigando su ansiedad, hasta que desaparezca por completo. Por otro lado, cabe recordar que el llanto de un niño o niña cuando se queda solo en el jardín de infancia es absolutamente natural, una conducta sana que no debe preocupar a los progenitores, tal y como recalcan expertos en psicología infantil.
Dilatada y exitosa trayectoria de La Casita del Reloj
Por suerte, en La Casita del Reloj sabemos muy bien cómo tratar este tipo de situaciones, en las que puede producirse algo de miedo o ansiedad por parte de los niños. Nuestra experiencia y metodología, avalada por más de 15 años de éxitos, junto con el cariño de las educadoras y la colaboración de los papás y mamás, garantizan que los peques muy pronto se sientan felices en su nuevo centro educativo infantil.
Las pautas seguidas favorecen que cada menor, a su propio ritmo, identifique la escuela como un entorno amigable y seguro. La incorporación gradual hará que rápidamente se sienta en el ‘cole’ como en casa. Para conseguirlo, construimos desde el principio una relación de confianza y óptima comunicación con los progenitores, algo que estimamos absolutamente prioritario.
Superada esta fase inicial, la estancia en la guardería hará que el peque comience a progresar a toda velocidad en cada una las áreas que impulsan su desarrollo y aprendizaje, como la psicomotricidad, la sociabilidad y, por supuesto, la educación.