A veces los niños tienen pesadillas que no es lo mismo que padecer terrores nocturnos. Estas ocurren en la segunda mitad del sueño cuando el pequeño duerme más profundamente y se despierta con llantos y asustado por algo que ha soñado. A veces puede ser que esto tenga que ver con algo que ha sucedido antes de irse a dormir. Quizá le contaste un cuento que le dejó asustado o vio algo en la televisión que le molestó de alguna manera.

¿Cómo ayudar a tu hijo tras una pesadilla?

Acude a consolar a tu hijo nada más lo oigas despertar llorando. Es importante que le consueles fisicamente abrazándolo o dándole palmadas en la espalda. Acércale su muñeco favorito para que le haga compañía y deja una luz de noche encendida.

Recuerda que si decides llevarte a tu hijo a tu cama para tranquilizarlo puedes estar iniciando una costumbre que luego puede ser difícil de corregir.

Puedes intentar hablar de la pesadilla si tu hijo tiene la edad suficiente para poder expresarse pero no olvides que decirle que «solo fue un sueño» no servirá porque los pequeños aun no son conscientes de ello.

Para intentar evitar las pesadillas puedes crear una rutina de relax diaria para antes de ir a la cama y que incluya un baño calentito. Procura leerle cuentos donde la hora de dormir esté asociada a situaciones tranquilas y alegres

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies

Pin It on Pinterest

Share This